Felíz Día para ti mi amiga!!!

Hoy es santo de mi mejor amiga, de la Rochi. Nos conocimos hace varios años, y aunque no somos amigas de la niñez, de la infancia ni del colegio, menos de la universidad, es una de esas amistades que comenzaron de la nada, sin mayor pronósticos ni aspavientos. Todo empezó en el 2003 o 2004, no me acuerdo bien la verdad, en un fin de Semana Santa donde yo lo único que quería era desaparecer y ella pedía calladamente a gritos salir de donde estaba.

Yo me enfrentaba a mi primera Semana Santa sola, despúes de 8 años de estar de enamorada con el mismo galán, encontrarme derrepente conmigo misma y tener que hacer planes all by my self, ya que todas mis amigas andaban aún en pareja, aprender a cargar nuevamente contigo misma y adecuarte de nuevo a la sociedad como soltera y fabulosa, se me hacía una tarea de titanes. Para mi suerte, unas cuantas semanas antes me reencontré con un amigo, el Negro, un amigo de hacía años atrás, y habíamos empezado a salir de vez en cuando y me pasó la voz para ir con su grupo ese fin de semana santo a Huancayo.

Rochi se reencontraba con sus amigas del colegio y era parte del grupo de amigos de el Negro, y también venía saliendo de una relación igual o más larga que la mía. Ella es una chica de ciudad al 100% que no se encontraba en Huancayo, y yo era una chica que trataba de encajar en ese nuevo grupo, olvidarme de mi misma por un rato y simplemente pasarla bien.

Una mañana, que salíamos de paseo, ella chapó su bolso de mano y yo, como quien hace la patería le dije, ahhhh, tu bolso es Crepier (yo era la Jefe de esa marca) y ella ofendida en su alma fashionista me dijo «No, es Kipling». No le dije nada más en todo el viaje y de hecho que apenas hablamos lo que pedía la situación. Para pesadas y cortantes llámenla!

En fin, pasó el fin de semana, pasaron las semanas, y un día me llama el Negro, que para ir a tomar unos tragos a Antika, pero resultaba que él iba a llegar tarde así que me dijo que llame a Rochi y quede con ella, para que me recoja y nos vayamos juntas al restaurante, él nos daría el alcance después. A mi me dió chucaque, patatus, colapso, cómo iba yo a llamar a esa chica que apenas me dirigió la palabra a lo largo de tooodo un fin de semana! Y encima pedirle que me recoja! No way. Pues el Negro hizo las coordinaciones del caso, ella pasó por mi y en eso estabamos en la barra del sitio este, yo con mi Cosmopolitan en mano y ella con un vodka.

Como quien mete tema de conversación, ella me contó que el próximo mes estaba viajando a Miami y que le gustaría ir también a NYC, yo, que venía de estar allá el año anterior, le dije que TE-NI-A-QUE-IR-SI-O-SI. Que es un must, una obligación, indispesable para todo aquel que se jacte de ser fashionista. Le hablé de Broadway y sus shows, de la Quinta Avenida, de las tiendas y sus hermosas vitrinas, de lo rico que es pasear por Central Park y leerte un libro tirada panza arriba en el jardín, tomarte un café en el Soho, cenar en Little Italy, comprar carteras falsas en China Town y sentirte aunque sea por un día, parte de todo ese mundo que solo vemos por televisión. Cuando menos me di cuenta ella me gritaba «vamos!!!», yo le decía «sorry, pero ando más ocupada que 20 y no tengo tiempo de ponerme a buscar pasajes, alojamiento ni nada por el estilo», a lo que ella me dijo que no me haga problemas, que ella tenía un súper regio agente de viajes y que ella se encargaba de todo.

Después de eso, la volví a ver una vez más a los 15 días para luego darle el alcance en el avión a NYC. Había hablado con ella solamente 3 veces, y me esperaba una semana de convivencia con una prácticamente desconocida. La cosa salió de lo más bien, teníamos gustos muy similares, eramos buenas compañeras de viaje (porque no me digan que no, a veces tu mejor amiga puede convertirse en tu enemiga durante unas vacaciones), nos amoldamos la una a la otra y el viaje resultó ser mucho más de lo que yo me imaginaba. Un día, mientras tomábamos un café en alguna cafeteria de la Maddison, Rochi me dice, oye, y si nos vamos a Río de Janeiro?, yo le pregunté cuándo?, ella me dijo en Octubre, que su agente de viajes arreglaba todo y que nos vamos para allá.

Y así lo hicimos, ese año viajamos como buenas, jurándonos que desde ese momento seríamos parters de viaje, sin saber que nunca más volveríamos a viajar juntas. Al Negro no lo volvía a ver más (bueno, lo ví el fin de semana pasado en el Club con su esposa, su hijita y su IN-MEN-SA barriga), pero nosotras nos hicimos amigas, amigas del alma, amigas del corazón, amigas para siempre.

Querer resumir todo lo que hemos vivido en estos años en unas cuantas líneas me resulta humanamente imposible. Cafés, Cosmpolitans, Vogues, cigarros, shopping, helados, Sex & The City, Louis Vuitton, vestidos, maquillaje, hamburguesas y papas fritas, días de sauna y encerradas interminables, conversaciones tan largas como la vida misma, cambios de pelo, bikinis y muchos kilos más, aviones, estrellas, lunas y soles, tristezas, lágrimas y abrazos de osos, ensaldas de la San Antonio, pastas en La Bodeguita, piadinas y copas de vino, alegrías y llantos de felicidad, infinitamente entrañables, más café, to nem ai, dietas, revistas, y mil por qués! que hasta el sol de hoy no puedo responder, más preguntas de lo que nunca me pude imaginar, y seguimos a la espera de esas respuestas que parecen jamás llegar.

Hoy cumples 31, y aunque no puedo estar contigo mi reyna, Dios sabe que nada quisiera más. La vida nos ha hecho dar vueltas cuales trompo, hemos aprendido y vívido creo yo, más de lo que nuestros cuerpos podían aguantar, pero seguimos acá, yo sigo contigo amiga mía y te deseo lo mejor de lo mejor en esta vida.

Sepa usted que la amo con el alma y que siempre, siempre y por siempre estaré a su lado, por los sigles de los siglos, ooooooh sí.

Felíz Cumple para tí!!!