El derecho a mi cara de domingo
Confieso que los domingos soy una marmota horrorosa y que no me gusta hacer nada. En verano sí, me voy a la playa y soy felíz, pero en invierno, mi domingo consiste en despertarme, ir a misa, almorzar y lanzar la inmensidad de mi ser en mi sillón, con mi almohada, mi plumón y mi…